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Día internacional del VOLUNTARIADO
DIA INTERNACIONAL DEL VOLUNTARIADO:
VOLUNTARIADO, MANIFESTACION DEL DAR Y SENTIR LA VIDA
Cohabitamos en una sociedad insatisfecha que nos amedrenta con la absurda y hueca creencia de que venimos a este mundo vacíos y que el propósito de nuestra existencia es llenarnos, llenarnos de éxitos, llenarnos de riqueza, de gentes, de experiencias, de adulaciones, de agitación, atiborrarnos de grandes proyectos, metas concisas y agendas repletas de quehaceres y ahogos. Y en esta vorágine, pasamos tal vez por alto la remota posibilidad de poder, ni siquiera, cuestionarnos si no pudiera ser lo contrario. Que realmente el sentido de todo esto, la llave de la plenitud y de la felicidad del ser humano, es poder tomar conciencia de que en este teatro de la vida salimos a escena ya repletos, llenos de energía, de luz, de amor, de solidaridad, de un talento innato,…, Y el verdadero sentido de todo esto es vaciarnos y poner todo eso, de lo que ya rebosamos, al servicio del otro . En definitiva, encontrar en ese camino del dar, a nuestro verdadero yo, con todas sus virtudes y con tanta impetuosidad para convertirlo en una bomba vital que reviente, salpique e impregne de ese mágico potencial a todo nuestro entorno. Y en este caminar generoso, avanzar con plena confianza para soltar el control y dejar que la vida, que sabe mucho más que nosotros, determine la mejor forma en la que debemos hacerlo.
Estamos viviendo un 2020 agitado, diferente y difícil. Podemos interpretarlo como un año maldito que nos manda el universo y que debemos olvidar cuanto antes, pero también tenemos la enorme capacidad, protagonismo y poder para traducirlo y comprenderlo como una oportunidad, una ocasión única para despertar y poner en duda esta forma de vivir insostenible que nos convierte cada vez más en agresivos competidores y enemigos unos/as de otras/os, en esclavos de la apariencia, la compostura y la avaricia, siervos de la resignación, el acatamiento y la obediencia, cautivos de la formalidad, de la excesiva seriedad, del obsesivo cuidado y prisioneros de una mente con la que creemos identificarnos.
Esta pandemia nos ofrece también la opción de elegir. Optar por seguir, e incluso incrementar, el vivir anclados al miedo y a la búsqueda feroz de la seguridad, la estabilidad y la enfermiza diversión o decidir, desde el absoluto convencimiento y confianza, que la vida no podemos controlarla ni preverla, que hay que saber aceptar y aprender de todo lo que viene y fluir y confiar de todo lo que damos y dejamos ir.
Y desde este contexto, el voluntariado representa de manera ejemplar la forma de poder poner en práctica y con genuina creatividad e integridad todo este sentido con el que puede verse la vida. El voluntariado es elegir una manera de vivir, basado en el disfrute de dar y en sacar eso único que hay en cada uno de nosotros/as para ofrecerlo de manera desinteresada y generosa. El voluntariado representa la grandilocuencia del ser humano, que se crece ante la adversidad, aprende de lo que viene, agradece y se desprende y se entrega con entera confianza al/a otro/a. El voluntario/a no necesita de ningún acontecimiento extraordinario para ponerse en acción, su actividad solidaria y altruista es cotidiana y la lleva incorporada en la esencia de su ser. El/La que decide y elige ser voluntario/a ostenta la valentía de oponerse a esa sociedad individualista que mira por ellos/as mismos/as para ponerse al servicio de lo colectivo, consciente de su realidad y de su papel proactivo y comprometido con ese sencillo y humilde vaciarse que le permite fluir con ese espíritu amoroso y de servicio en el que se centra su propósito vital.
Hoy voluntario, hoy voluntaria, permítete este regalo, este homenaje, este aplauso. Hoy, aunque sé que te cuesta, no te toca dar, hoy te toca y te mereces recibir.
¡¡¡FELICIDADES Y GRACIAS!!